Powered By Blogger

Vistas de página en total

domingo, 28 de noviembre de 2010

Uno de esos días...

Hoy es uno de esos días... Uno de esos días en los que no me soporto, en los que ni yo mismo puedo conmigo mismo. Trato de analizar mi comportamiento ante determinadas situaciones, al igual que mi carácter en general, y siempre llego a la misma simple conclusión: ¿cómo soy? es más... ¿quién soy?
¿Qué me gusta? Ni yo mismo lo sé.
Voy por la vida con aires de fortaleza, de que me las sé todas, de que sé lo que quiero, de que poseo la suficiente madurez y seguridad para tomar decisiones y ser consecuente con ellas... Si soy sincero, me echo de menos. Echo de menos todas las cosas que pensaba que era y ya no soy. Mi impulsividad, mi cuerda locura, mi ingenuidad, mi decisión, mi timidez... ¿Qué queda? ¿Qué se ha ido?
Todo cambió. Hubo un antes y un después, y tú fuiste el punto de inflexión. Me lo robaste todo. Como si de un espejo se tratara, te lancé todo mi amor que, al chochar contra el cristal, volvió a mí convertido en tu desgana, en tu poca fe, en tu tristeza, en tus miedos, en tus complejos... y ahora es todo lo que soy.
Prometí no darte ni una sola letra más aquí dentro, pero ya no cumplo ni mis promesas.
No sé si te echo de menos, no sé si es porque hoy es domingo, no sé cuál será el motivo, pero hoy es uno de esos días para olvidar. No me reconozco, no soy capaz de ver más allá de todo lo que aparentemente soy.
¿Qué motivos para quererme puede tener alguien si soy lo más parecido a un muerto viviente? Hueco y vacío. Así me dejaste, así me he quedado. Y ya llega un punto en el que no soporto mi palabrería, no soporto mi forma de ser, mi manera de pensar algo y decir lo contrario simplemente por incordiar a la otra persona. ¿Principios de infelicidad?
Últimamente no son sino puertas cerradas, "no's" rotundos... ni ventanas abiertas, ni lucecitas de esperanza, ni nada. Cerrado, apagado, sin luz, sin aire... Así está todo. Es triste ser dependiente de alguien, no poder bastarte de ti mismo para sentirte bien. No sé si podrá considerarse enfermedad, pero creo que empieza a ser contajioso.
La vela se ha ido consumiendo, y ya no queda más que el humo de lo que mi vida solía ser, de la relación que me unía a mis seres queridos. Y hoy ninguno ha dado señales de vida, ¿será que me lo merezco?
Hoy es uno de esos días en los que cualquier cosa dicha o hecha en mi contra podría aplastarme con facilidad. Fragilidad, inestabilidad, inseguridad... hoy es domingo, sin duda.
Hoy no quiero pensar, y parece que todos los días me veo obligado a ello. Muchos indivisuos se empeñan en centrar sus energías y sus pensamientos en los conflictos del mundo y te miran mal si no los conoces, si no sabes de qué van, o si no te interesan. Pero ¿cómo puedo interesarme por más conflictos? Con los míos tengo más que suficiente.
Hoy todo me molesta, nada es bonito, todo son intereses, falsedad, malas caras... Odio.
Y empiezo a sentir eso por mi mismo.

lunes, 15 de noviembre de 2010

No estoy muerto.

Sí, parece que, después de todo, sigo vivo. Después de pasar meses perdido y sin rumbo, dando tumbos por Madrid (como dice aquella canción), buscando, desesperadamente, algo que pudiera ayudarme a seguir adelante... apareces.
Es gracioso porque, cuando ya lo daba todo por perdido, cuando pensaba que, no importaba lo perfecto que alguien me pudiese resultar, siempre iba a encontrar algo que no me gustase... apareciste en el horizonte, como un faro que me guiaba a la orilla de mis sentimientos. He dejado de naufragar.
Vuelvo a encontrarme en esa angustiosa, pero maravillosa, situación de no saber qué va a pasar después; bueno, ni después ni nunca, pero no me asusta. Sinceramente, no creo que te des cuenta nunca de lo que puedes llegar a significar para mí, no creo que sepas nunca que esta entrada está inspirada en ti... En tu sonrisa, en tus ojos, en tu pelo... No creo que sepas, jamás, que has conseguido que pueda volver a tener ilusión por algo, que sonrío con solo acordarme de ti...
Nunca fui de esos que se conformaban con poco, pero es que ahora la palabra "poco" es tan relativa... Puede que nunca llegue a acunarte en mis brazos mientras duermas, puede que nunca saboree tus labios, que nunca me pierda en tu olor, en tus sábanas, en tu cuerpo, en tu corazón... Pero ya no estoy perdido en mí mismo.
Hoy puedo decir que soy feliz. Si, no sé si mi futuro y el tuyo llegarán a pasear de la mano como la hacemos los dos en mis sueños, pero vuelvo a sentir, vuelvo a sonreír... Y te doy las gracias de corazón porque, aunque esto no llegue a ninguna parte, has dejado tu huella grabada en mi interior.
Cojo bocanadas de aire gélido sin miedo a enfermarme, voy corriendo por la calle sin miedo a tropezarme, camino con la cabeza bien alta sin complejos que me amarguen, río hasta quedarme sin aliento... Vuelvo a estar vivo. Vuelvo a acordarme de ti. Vuelvo a sonreír.
Vuelvo a creer en imposibles. Vuelvo a creer en el amor.